Tras la colorida procesión del santo encuentro que se realiza en la mañana del Viernes Santo, Fortuna da un giro de 180º porque doce horas después de dar comienzo el encuentro, sale a las calles la conocida como procesión del Santo Entierro, a las nueve de la noche del Viernes Santo.

La Procesión la abre la Cofradía de San Pedro, inicialmente por el trono de la Santa Mujer Verónica (Trono que los últimos años ha dejado de procesionar), seguida de San Pedro Arrepentido y de la Cofradía de la Virgen de la Caridad. Tras ellos, la Cofradía del Cristo del Perdón, que ya no saca el Cristo, sino que lo hace con ‘La Cruz Vacía’, que representa la cruz, sin Cristo en ella, con los símbolos de la pasión, la lanza del Longinos y la escalera con la que fue descendido.

El cambio en los tronos, es otra de las peculiaridades de la Semana Santa de Fortuna. En Fortuna, por mantener la secuencia cronológica de la Pasión y Muerte, varias Cofradías cambian los titulares de sus tronos para adaptarse a cada Procesión.

Les sigue la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, la otra que cambia el trono y procesiona con la imagen de Santa María Magdalena (La única obra del conocido escultor del Siglo XX del Levante, José Hernández Navarro que procesiona en Fortuna). Tras María Magdalena, la representación de "Las Manolas" (Mujeres fortuneras de riguroso luto, con mantilla) que acompañan al titular de la procesión: ‘La Cama’, como es popularmente conocido el Santísimo Cristo Yacente (Olot, Gerona) por la posición horizontal sobre el trono que lleva la imagen.

La procesión del Santo Entierro, y tras "La Cama", es la única en la que participan todas las instituciones locales de la Semana Santa: Cabildo Superior de Cofradías Pasionarias de Fortuna, Autoridades Religiosas y Corporación Municipal, incluyendo a los Alcaldes-Pedáneos de las 11 pedanías del municipio. Tras las representaciones, salen a las calles de Fortuna San Juan Evangelista y la Virgen de los Dolores, que ha sido cambiada al llegar a la Iglesia para ataviarse con el riguroso luto característico de la procesión.

La Semana Santa de Fortuna no deja de ser costumbrista y de carácter popular, por lo que su fisonomía y estructura sigue estando muy ligada a los usos habituales del municipio, tanto en materia funeraria como en religiosa y la presencia del luto de las imágenes, el cambio en las túnicas para adaptarse al negro correspondiente, "Las Manolas" (Como aquellas mujeres de luto que en el siglo XIX y principios del XX cumplimentaban la pérdida de un ser querido) o el proceso de "Entierro" y "Velatorio" en la Ermita de San Antón es fiel reflejo de ello.

El Santo Sepulcro en Fortuna es la Ermita de San Antón, ante su puerta, y bajo la mirada del resto de los tronos, se produce el encuentro de despedida entre "La Cama" y la Virgen de los Dolores. Durante tres veces, los tronos se alzan y agachan representando la despedida de la Madre al Hijo. Tras ello, "La Cama" entra en la Ermita de San Antón y se inicia el recorrido de vuelta hacia la Iglesia Parroquial.

La curiosidad y el costumbrismo ante el luto, se refleja en los dos únicos tronos de Fortuna que levantan al público de sus sillas en posición de respeto a un fallecido, esta vez al paso de los Tronos de la procesión de "La Cama" y la Virgen, y sólo en esta procesión. Curioso cuanto menos, también, que la Ermita de San Antón sea el velatorio de Cristo, donde quedará expuesto durante todo el Sábado Santo, con el mismo sentido que si de una capilla fúnebre de una persona de verdad, donde recibe los rezos durante todo el día de los devotos fortuneros.

Para muchos, este es el final de la Semana Santa de Fortuna, el momento en el que las Cofradías se recomponen para volver por el camino más corto hasta la Iglesia Parroquial, donde a eso de la una de la madrugada, entrará el último trono, el de la Virgen de los Dolores, hasta hace alguños años con la conocida saeta del fortunero Pepe "De la Aragonesa" en la Plaza Juan XXIII, tradición ya perdida en la actualidad.